Bacalao


Este es el pescado que más fácil me resulta cocinar, entre otras cosas porque lo puedo guardar de un día para otro sin alterar su sabor.
Siempre lo compro salado, lo que me da la ventaja de tenerlo en la nevera hasta que decido utilizarlo.
Lo pongo en remojo 48 horas antes de consumirlo y durante este tiempo le cambio el agua 3 veces, lo dejo unas horas en el escurridor hasta que haya soltado el máximo de agua.
Lo paso por harina y a la sartén con el aceite bien caliente para que no se rompa a darle la vuelta.
Un vez frito y en el plato le añado un poco de pimentón dulce y lo riego con el aceite sobrante.

En casa es un plato en la que nadie arruga la nariz, lo cual es un placer.

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