Olot II





El domingo después de un sueño reparador, nos dispusimos a desayunar. Tal como imaginabamos era el típico catalán, véase pan con tomate, embutidos, zumos, café con leche y bollería.


Nos despedimos de David, el dueño de la masía y nos decidimos por no hacer ninguna caminata por los senderos debido a la cantidad de barro que había; así que visitamos el pueblo donde se ubicaba la masía. Este era muy pequeño, pero estuvimos paseando durante una hora por los alrededores y de esta manera rebajar algo el copioso desayuno.


A media mañana nos dirigimos a Castellfollit de la Roca, en vez de ir directamente hasta el pueblo el sol nos animó a dejar el coche en la parte baja del municipio e ir subiendo por un sendero corto y fácil que recorre los huertos que bordean el río Fluvià.


Y por último hicimos la parada obligatoria, comer en Els Ossos un restaurante con una carta muy de la tierra que ofrece platos de la cada vez más valorada cocina volcánica.

Y como no, tal como estaba previsto dejamos La Garrotxa lloviendo a mares...

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