La despensa de mermelada de fresones estaba por los suelos, necesitaba ya reponer.
Así que el otro día vi unos melocotones a buen precio (aunque hace unos años que todo lo encuentro carísimo, pero esto da para otro post) no me lo pensé dos veces y compré como 1 kilo.
La técnica es muy sencilla: pelar y trocear la fruta, pesarla y añadir 3/4 de su peso de azúcar junto al zumo de medio limón.
Lo dejo macerar una horas, esta vez estuvieron toda la noche y lo cuezo a fuego lento como una media hora.
Es fácil ver que la mermelada está lista, al sacar la cuchara puedes observar la consistencia.
Lo envaso en frascos que han de estar bien secos, si no sabes cuánto tiempo te han de durar lo mejor es ponerlos a hervir un rato para que hagan el vacío.
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