Algo de mí...28


Con más serenidad de la que yo suponía que tendría llegado el momento, puse el coche en marcha y me fui directamente al restaurante de Maica.
Con la excusa de arreglar un poco el jardín, hice lo que mejor me sentaba; pensar mientras mis manos realizaban el entretenido trabajo de arrancar las malas hierbas.
Y de esta manera decidí que no había marcha atrás, estaba decidida ha hacerlo. No quise contestar inmediatamente a José, esperé al día siguiente para mandarle un sms :
Acepto. El lunes voy a Bilbao.

Esta iba a ser mi iniciación, mi prueba de fuego, el acto más irracional de mi vida pero a la vez el más meditado, el más sospesado y el que ya no podría enmendar.

Aquel lunes después de dejarlo todo ordenado cogí mi coche y me puse rumbo a una ciudad que no conocía para asesinar a un hombre totalmente desconocido para mí.

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