Algo de mí...34

Cuándo por fin llegué a Bilbao ya era de noche, por Internet había reservado una habitación en un hotel muy concurrido ya que tenía sala de convenciones y era un ir y venir de personas con cortas estancias, lo cual era ideal para mi caso.

Cuándo subí a la habitación y pude por fin empezar a relajarme me di cuenta lo tensa que había estado todo el día, dudé entre bajar al gimnasio del hotel o darme un baño bien caliente, pero conociéndome sabía que debía de terminar de quemar la tensión que llevaba acumulada, así que me cambié y bajé para correr un rato en la cinta.

A las cinco de la mañana me desperté y ya no pude volver a dormir, bajé al bar del hotel para desayunar junto al informe que me había dado José. Hasta que no me encontré delante del café con leche y el cruasán no me di cuenta del hambre que tenía, el día anterior no había almorzado ni cenado, así que le pedí al camarero que me trajera también un bocadillo y un zumo.

Con una serenidad y una tranquilidad que no había sido capaz de sentir el día anterior me dispuse a saborear mi desayuno mientras releía por enésima vez el seguimiento que habían realizado a la que iba a ser mi primera víctima.

Comentarios

Publicar un comentario