La sal de la vida

Me siento feliz cuando camino tranquilamente, sin prisas, sintiendo mis pasos, mi respiración, el sol tocando suavemente mi piel, viendo las personas pasar, acariciando con la palma de mis manos las flores.
Me siento feliz caminado por la ciudad, por la orilla del mar, por los senderos, notar la aceleración de mi pulso ante una insistente subida, sentir el alivio ante la bajada.
Me siento feliz descubriendo nuevos paisajes, redescubriendo antiguos horizontes, sintiendo que ya no soy la misma de la primera vez, que puede ser igual a la primera vez.

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