18 años

Este cuadro debería de estar colgado en las paredes de una habitación de un bebé, al menos fue comprado y empezado con esta idea; sus dos hermanos mayores disfrutaron de ello.

Pero quedó relegado en un cajón, después perdido en el limbo de los trastos, sufrió dos mudanzas...pero este invierno volvió a caer en mis manos y por fin 18 años después quedó terminado.
El ahora dueño de esta manualidad me miró con cara de poker en cuanto se lo entregué...pero no dudó en ponerlo en su estantería.

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