Aprendí a tricotar siendo bien pequeña, mis muñecas gozaban de un guardarropía de lujo; pasado los años me dediqué a mis sobrinos...aunque cuando llegaron mis hijos sorprendentemente no tricoté ni un triste jersey.
Ahora vuelvo a retomar una afición largamente olvidada, pero no me veo todavía realizando grandes obras; así que he empezado por lo más pequeño...unos minúsculos calcetines que me han hecho sudar tinta ya que yo recuerde no me había atrevido nunca con ello.
Comentarios
Publicar un comentario